Parecía inventada por la producción pero no fue así. La verdad era anécdota de Camilo Nicolás, humorista, fue el día en que manejando no pudo evitar sentir tremendos deseos de ir al baño.
El humorista recordó que manejó kilómetros hasta que llegó a una estación de servicios y cuando ingresó a la misma se encontró con que las llaves del baño no estaban. Corrió hacia el lugar y en medio de la carrera el intestino dijo basta y se produjo lo esperado. En ese estado manejó hasta su casa... pero ahí sólo empezaron las desventuras.
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