top of page

El rating: ese estadístico objeto del deseo


RATING. Palabra que durante quince días, un mes o dos meses, corta la respiración de actores de radio y TV del mundo."A mí no me interesa el rating", frase que se oye a menudo en los pasillos de los medios. Mentira. A todos nos interesa. "Ibope mide con herramientas viejas, obsoletas, que favorecen a algunos y perjudican a otros. Hay que pagar para medir porque sino jugás con desventaja". Cierto, Las técnicas de Ibope no son las mejores, aunque para ser sinceros todos los coincidentales que se han hecho hasta ahora han dado casi igual. Es más, hasta algunas encuestadoras locales han tirado resultados irrisorios, pretensión de diferenciarse del mainstream. Mi relación con el rating tiene todos los sabores.

Debuté en radio con Los Burdos. Programas para un puñadito, bien de nicho, que se volvió "viral al estilo de los 80", con cassettes que iban de mano en mano. Y fuimos de culto.Seguí en la Radio Universidad que peleaba la punta, radio escuela, rodeado de maestros. Competencia y aprendizaje. Cadena 3 fue, durante casi 18 años, entender y tratar de manejar un liderazgo demoledor.

Junto al número 1 fue distintos a todo: adaptarme a ser el ladero del One. Pero cuando me tocó reemplazarlo y cuando tuve mi propio espacio, no se modificó un ápice: ganábamos por la misma diferencia.

Luego intenté mi propia experiencia. Mi proyecto personal. Aunque artísticamente me llenó de orgullo y placer, acá estamos hablando de ráting. Y fue como chocar contra un iceberg: nos hundimos. Volví después de esa dolorosa experiencia a una radio hiper popular, una vez por semana. Fue extraordinario absorber y ser absorbido por otros públicos, distintos a los que yo había conocido.

Pero fue solo un año porque llego a Radio Sucesos, mi actual casa. Una radio que viene a recuperar terreno perdido con armas leales. Como dijo Mostaza Merlo, "paso a paso". Crecemos lento y seguro. Sin tirar toda la carne a la parrrilla. Sin llenar los espacios con figuras rutilantes de nombres "pesados". Sin sortear dinero en efectivo, como si la audiencia fuera un producto que se compra con guita.

Apostamos a hacer buena radio. Buenos contrenidos. Ser empáticos con la gente. Ser humildes. Y seguir aprendiendo. No hay trucos. No hay fórmulas. No hay magia.

Y no hay herencias. La audiencia no se hereda. Hay que ganársela, como el pan, día a día.

No te pierdas mi opinión en Sucesos click aquí

bottom of page