Ante una fuerte carta publicada por el obispo de Córdoba monseñor Carlos Ñáñez pidiendo enfáticamente al Gobierno abrir las iglesias para los fieles, desde la propia provincia se respondió que se trató de un "error de interpretación".
El propio padre Pedro Torres, Obispo Auxiliar de la provincia manifestó que "la palabra restricción no es prohibición y por lo tanto la provincia debio aclarar que nunca los templos estuvieron cerrados".
La pregunta es: ¿el gobierno dio marcha atrás frente a la presión de la Iglesia?
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