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"Mare of Easttown":  el lado oscuro de Kate Winslet


Kate Winslet no es Rose de "Titanic". O, mejor dicho, Rose es una de las caras de Winslet. Quizás la más famosa, pero no la más agraciada. La actriz británica es dueña de un abanico de registros que le permiten moverse con absoluta comodidad en la comedia romántica ("El descanso"), en el crudísimo drama ("El lector") o en (fallidos) experimentos como "Eterno resplandor de una mente sin recuerdos", por mostrar algunos. "Mare of Easttown" es un drama policial en el que encarna a una detective de poblado que debe resolver un crimen que a su vez se asocia a una serie de desapariciones de jovencitas mientras su vida se degrada en medio de relaciones completamente disfuncionales. Lejos de apropiarse del estereotipo de la-mujer-policía-que-todo-lo-puede-sin-bajarse-de-sus-tacos Winslet (Mare, que le da nombre a la serie) muestra su debacle personal desde lo físico: "¿Cuánto hace que no te bañas"? le pregunta un oficial. Seca por dentro después de un terrible episodio familiar, se refugia obsesivamente en la ardua tarea de hallar al criminal de una de las jóvenes del pueblo, a la vez que lucha por la custodia de su nieto y apela muchas veces a estrategias no del todo legales. Personajes en tensión permanente (ella y su madre son un espectáculo aparte, sobre todo por el contrapunto que le regala la siempre monumental Jean Smart) y un guión plagado de subtramas hacen de "Mare of Easttown" una serie para devorársela en un finde de restricciones.


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